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1 de Junio de 1998

Columna 16

Hace bastante que no escribo nada. Lo siento. Pensaba hablar del sistema judicial esta vez. . He insistido en el tema un par de veces en el pasado y me acusaron de irme por las ramas porque no hablé del corredor de la muerte. Supongo que el corredor de la muerte es un tema más interesante para leer, pero tienes que atravesar el sistema judicial para llegar al corredor, así que es lógico que hable de ello. Además, al principio de todo dije que hablaría del sistema legal. Puede que pienses que el sistema de justicia criminal o legal no tiene interés para ti, pero las cárceles y las prisiones están llenas de gente que pensaban lo mismo. Ahora están sentados en una celda, rascándose la cabeza y preguntándose qué demonios pasó. Después de todo, estas cosas se suponen que les pasan a los demás, no a ellos. Es algo que puede tocarte a ti muy fácilmente, o a alguien a quien quieres, así que es bueno informarse de cómo va.

Intentaré ser objetivo en lo que digo, pero como voy a escribir de cosas que he visto y he vivido desde dentro del sistema, no será fácil ser siempre objetivo, así que perdonadme por adelantado por los lapsus que pueda tener. No pretendo despotricar y echar pestes de lo injusto que es el sistema, sino que vosotros saquéis vuestras propias conclusiones. Puede que aprendáis algo útil y espero, sinceramente, que nunca tengáis que enfrentaros al sistema legal a nivel personal.

Un juicio con pena de muerte es diferente que uno normal en muchos aspectos, pero el proceso es básicamente el mismo. El proceso varía de Estado a Estado, pero hay muchos más parecidos que diferencias. No importa en qué Estado estés, si alguna vez te detienen y tienes que enfrentarte al sistema legal, nunca hables con nadie, sea lo que sea por lo que te hayan detenido. Si la policía quiere que hables con ellos 'Sólo para aclarar las cosas' (como suelen decir), no hables con ellos si no es para decirles que sólo hablarás en presencia de un abogado. La policía intentará hacerte sentir como un idiota por querer a un abogado presente 'sólo para aclarar un par de asuntos'. Pero la policía no te hace un interrogatorio para ayudarte. Intentar intimidarte, intentan pillarte diciendo cosas y puede que incluso usen la fuerza para probar y hacerte decir lo que ellos quieren oír. No digas nada hasta que estés en presencia de un abogado. Es la única protección que tienes, y es mejor que la uses. Uno de los errores más grandes que la gente comete es pensar que, si cooperan, las autoridades intentarán ayudarte a resolverlo. Bueno, no estás siendo víctima de un interrogatorio, porque ellos quieren resolver tu problema. Si eres inocente, te interesa más tener la boca cerrada; si eres culpable, entonces supongo que con más razón te interesa tener un abogado ahí para representarte.

Cuando te detienen, te meten en la cárcel del condado. La cárcel no es la prisión. La prisión es donde te mandan si te condenan por cualquier cosa por la que te hayan arrestado. Cuando entras en la cárcel del condado, lo hacen todo, huellas digitales, fotografía para las fichas y todo eso.

Cuando te meten en la cárcel del condado, acabarás probablemente en una residencia. Allí es donde te quedas hasta que vas al juicio. Las cárceles de condado están siempre saturadas y probablemente acabarás durmiendo en el suelo hasta que puedas conseguir una cama. Es normal ver peleas por una cama que haya quedado libre. Una vez que estás dentro de la cárcel, te sientas y esperas hasta que vas al tribunal para tu primera comparecencia y te imputan formalmente los cargos por cualquier cosa por la que te hayan arrestado. Es entonces cuando el tribunal establece tu fianza y te dicen cuánto dinero tienes que pagar para estar en libertad hasta que vas a juicio, si puedes permitírtelo (la mayoría de la gente no puede pagarse la fianza). El tribunal querrá saber si puedes pagarte un abogado y te preguntarán por tus ingresos, y también por si tienes alguna propiedad de valor que puedan tomar como pago para que tengas un abogado que te represente. Como la mayoría de los acusados son lo que se llaman 'Acusados Indigentes', el tribunal te asigna un abogado de oficio. Entonces te dicen la fecha de tu próxima aparición ante el tribunal y te mandan de vuelta a la cárcel.

Cuando estás esperando en la cárcel del condado, debes hacer todo lo posible para preparar tu defensa. No esperes a que venga tu abogado a verte, porque probablemente no lo verás hasta que vayas al tribunal, a menos que tengas un caso más serio y un abogado asignado específicamente a tu caso. (En oposición a los abogados de servicio, que manejan diariamente los casos en los juzgados). Los riesgos son que tienes tres o cuatro abogados diferentes representándote antes de que empieces el juicio, después poco antes de empezar, se te asignará un abogado específico para representante durante el juicio.

En la cárcel del condado, una cosa que tienes que tener muy en cuenta es la gente que parece interesarse demasiado en ti, o en tu caso. Hay gente que siempre está buscando una manera de salir y traicionarían hasta a su propia madre. (Parece que ser un chivato está en boga en nuestros días. La gente traiciona a cualquier persona por cualquier razón que consideren justificable) Esta gente intentará que les hables de ti y de tu caso. Después irán a contarle al fiscal que les has contado tu caso y se ofrecerán para declarar contra ti en el tribunal, si el fiscal hace un trato con ellos. Pero es normalmente en los casos más serios en los que suceden estas cosas. La policía y los fiscales también usan a sus propios chivatos. Se ponen de acuerdo con un chivato que esté cerca de ti en la cárcel o que vaya al tribunal el mismo día que tú. Estos chivatos ni siquiera tienen que hablar contigo, te los ponen cerca algún tiempo y les dicen lo que tienen que decir, y toda la información necesaria para dar su testimonio ante el tribunal. Suben al estrado y declaran bajo juramento que les dijiste esto y lo otro sobre tu caso, cuando en realidad no has hablado nunca antes con esa persona. Esto a mi no me ha pasado, pero lo han intentado. Yo sabía quiénes eran (los chivatos) y les hice firmar un documento diciendo que yo nunca había hablado de mi caso con ellos. He visto a gente a la que sí le ha pasado, pero en otra ocasión hablaré de eso.

Acabo aquí por esta vez y espero volver pronto a hablar más con vosotros. Gracias por vuestro tiempo y cuidaos mucho.

Hasta pronto,
Dean